sábado, 28 de abril de 2012

Y nunca sin amor fueron los nidos



 

 Amor llena mis ojos,
que con amor yo quiero mirar todas las cosas.
Yo sé que si las miro con amor resplandecen;
yo sé que si las miro con amor se me entregan.
Jamás donde hubo amor los mundos se agotaron;
jamás donde hubo amor cesaron las palomas.
Y nunca sin amor fueron los nidos,
y si el nido no fuera la vida no sería.
¡Oh, qué gozo, los nidos, por tan desamparados!
¡Qué alegría saberlos, muy cerca de nosotros,
alzándose en el alba!
¡Qué alegría saberlos!  
Amor llena mis ojos.
Iré dándote, amor, como a río invencible,
y nunca gota a gota, a manantiales.
Llegarás a lo seco,
llegarás a lo árido;
recorrerás la sed viva y eterna;
florecerán contigo las raíces
y del surco se dará lleno de flores.
Esmaltarás la tierra ¡toda! sin mesura,
y hasta el rincón más mísero y pequeño
tendrá el amanecer que le otorgaron.

Amor llena mis ojos;
que en la inmensa amapola de tu luz me derrame
sobre el reseco nido, y así los nidos sean.

Ana Inés Bonnin Armstrong

1 comentario:

angalu dijo...

¡Hermoso poema!

Después de escuchar a un estúpido psicólogo por tv. decir "que el amor no existe, que tan solo es sexo disfrazado", entro aquí y leo este poema, que me reafirma en mi propio pensamiento.

Pienso que al mundo de hoy, le falta mucha poesía.

¡Bonito blog!

ANGALU